La muy viral temporada del Oscar de Timothée Chalamet


Volverse viral durante la temporada de premios no siempre es bueno. Tan solo hay que ver el ejemplo extremo de Karla Sofía Gascón, protagonista de Emilia Pérez, cuyas publicaciones resurgidas en las redes muestran cómo el comportamiento en internet de los actores puede acabar con las probabilidades de que una película obtenga galardones.

Pero, en otros casos, las redes sociales pueden servir de herramienta para un contendiente. Eso ya lo sabe Timothée Chalamet, nominado en la categoría de mejor actor por su actuación como Bob Dylan en la película biográfica Un completo desconocido. En vísperas del estreno navideño de su película y en los meses siguientes, durante la temporada de premios, Chalamet ha llevado a cabo una campaña muy divertida, y a veces extraña, en la que ha roto con las viejas y conservadoras costumbres hollywoodenses para promocionar los filmes. Además de algunas entrevistas sombrías sobre lo mucho que Dylan significa para él, Chalamet ha publicado videos suyos bailando, ha lucido atuendos “kitsch” y ha convertido las redes sociales en su proyecto artístico personal.

Aunque Chalamet ha aparecido en medios de comunicación tradicionales, los ha utilizado de formas sorprendentes en las que la viralidad parece ser el objetivo final, en vez de llegar a los espectadores típicos de esos programas.

Lo que estamos presenciando es quizá la primera campaña para los premios Oscar de la generación Z. Técnicamente, Chalamet, nacido en 1995, es un milénial, pero también es producto de la era del internet, pues entiende sus extrañas aristas y sabe que a veces una publicación no tiene que tener sentido para ser atractiva. Eso no necesariamente lo hará ganador de un premio Oscar, pero desde luego ha sido divertido ver cómo se desenvuelve. A continuación, los grandes éxitos de Chalamet en esta inusual carrera hacia los premios Oscar.

La primera señal de que Chalamet estaba haciendo algo diferente con su campaña promocional para Un completo desconocido llegó cuando apareció en College GameDay, de ESPN, a principios de diciembre. Es común que aparezcan famosos en la emisión y se unan a los analistas para predecir qué equipos van a ganar los partidos del día, pero Chalamet, que se dio a conocer en el cine independiente de autor, parecía una opción inusual para ese programa.

El polo opuesto del mundo de los premios Oscar bien podría ser el mundo del fútbol americano universitario. Sin embargo, Chalamet se presentó dispuesto a impresionar con una chaqueta acolchada de un color rosa intenso e hizo que comentaristas como Pat McAfee se quedaran boquiabiertos con sus predicciones bien fundamentadas sobre lo que iba a ocurrir en el campo. Esa parada de su gira fue extrañamente entrañable por su genuino entusiasmo. “¡La defensa de los RedHawks se ve muy bien, pero yo le estoy poniendo atención al mariscal de campo de cuarto año de los Bobcats, Parker Navarro!”, exclamó antes de señalar las impresionantes estadísticas de Navarro y predecir que la Universidad de Ohio derrotaría a la Universidad Miami. La Universidad de Ohio ganó ese día, y Chalamet fue el único panelista que acertó. ¿Quizás esta estrella de cine tan delgada sea en realidad un verdadero aficionado encubierto?

Tal vez la cereza del pastel de la campaña alternativa de Chalamet para los premios Oscar fue su paso por “Saturday Night Live”. Se sabe que los aspirantes al Oscar se presentan como anfitriones del programa de sketches para tener más presencia mediática. ¿Aparecer como presentador e invitado musical cuando no eres un artista consagrado en ese ámbito? Esa es una táctica nueva. La aparición de Chalamet podría haber sido un desastre: en lugar de eso, fue extrañamente brillante. En vez de aparecer disfrazado de Dylan y solo imitar lo que hizo en Un completo desconocido, Chalamet eligió temas infravalorados de Dylan remezclados para los oídos modernos. Fue un riesgo, pero valió la pena, ya que tanto los dylanólogos como los observadores casuales lo felicitaron por su audacia.

El camino hacia los premios Oscar está plagado de fotos en la alfombra roja con trajes de alta costura. Chalamet aprovechó los diversos estrenos y otros eventos para bromear y expresarse. En un estreno de Un completo desconocido en Nueva York se puso una peluca rubia y un gorro, recreando un atuendo especialmente raro que Dylan lució una vez en el Festival de Cine de Sundance en 2003. Llegó al estreno en Londres montado en una bicicleta eléctrica, quizás una referencia a “volverse eléctrico”, como lo hizo Dylan en el Festival de Folk de Newport en 1965, un momento que se describe en la película.

Y luego, en el Festival Internacional de Cine de Berlín, apareció con un conjunto totalmente rosa, que incluía una sudadera con capucha y una camiseta de tirantes de la marca Chrome Hearts, muy apreciada por las celebridades. En vez de aspirante al Oscar, parecía más bien miembro de una “boy band” de 2001. Vestir de manera informal podría indicar que no te importa la fastuosidad y el esplendor de estos eventos, pero las travesuras sartoriales de Chalamet no parecen una falta de respeto. En lugar de eso, solo pretende reescribir las reglas, fusionando el momento con su propio estilo juvenil de celebridad.

Las votaciones para los premios Oscar ya se habían cerrado cuando Chalamet obtuvo su primer galardón importante de la temporada en los Premios del Sindicato de Actores. Pero su victoria fue una señal de que sí podría subir al escenario de los Oscar este domingo. Chalamet —que vestía un traje de cuero, una camisa color verde limón y una corbata de bolo en homenaje a otro atuendo de Dylan— pronunció un discurso que reafirmó que se tomaba en serio su trabajo, a pesar de todo el contenido juguetón de internet que generó durante los meses previos. Dijo en voz alta lo que a veces calla, argumentando que el trofeo afirmaba su misión de ser considerado uno de los mejores de todos los tiempos.

“Realmente busco la grandeza”, aseguró. “Sé que la gente no suele hablar así, pero yo quiero ser uno de los grandes”. Continuó explicando que lo inspiran tanto Daniel Day-Lewis, Marlon Brando y Viola Davis como Michael Jordan y Michael Phelps. Fue otro vistazo a la psique que ama tanto College GameDay como los premios Oscar.





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