“Radio Martí se diseñó para una época diferente, en los años 80, en la batalla de Reagan contra la Unión Soviética y el comunismo, pero la verdad es que Cuba nunca hizo la transición, y ahora vivimos en un mundo digital”, afirmó Ted Henken, profesor del Baruch College que estudia el panorama de los medios de comunicación en Cuba. “Martí ha tenido que reinventarse tres o cuatro veces”.
Tras varias reorganizaciones y escándalos, Henken dijo que la empresa, que visitó recientemente, parece más ágil y profesional. Desechó el canal de televisión y, aunque su presupuesto anual se fijó en 25 millones de dólares, gastaba 17 millones, según varios empleados que no estaban autorizados a hablar públicamente.
En los dos últimos años, las audiencias empezaron a aumentar. Según Tubular Labs, una empresa de análisis de video, a falta de seis meses para que acabe el año fiscal, Martí ya ha duplicado su audiencia, con 14 millones de visitas en YouTube en lo que va de año fiscal, y otros 84 millones en Facebook, donde tiene más de 1 millón de seguidores. Alrededor del 80 por ciento de su audiencia está en Cuba, dijeron los editores.
A Mario J. Pentón, periodista cubano que se trasladó a Estados Unidos hace una década y empezó a trabajar en Martí hace un año, le comunicaron que su contrato terminaría este mes. Dijo que estaba orgulloso del trabajo realizado por el medio, sobre todo al informar al público de los huracanes que se aproximaban en momentos de cortes masivos de electricidad que limitaban incluso la capacidad del gobierno cubano para emitir avisos de tormenta.
Martí ha ganado ocho premios Emmy.
“Creo que tiene futuro porque su misión es más importante que nunca”, dijo Pentón. “Cuba vive su peor crisis. En medio de esta crisis, esta debacle de apagón de información solo beneficia al régimen”.